Retos en Internet sobre alimentación
¿Cómo manejarlos con nuestros hijos?
Diversos estudios científicos muestran que hay niños, niñas y adolescentes que son especialmente vulnerables a desarrollar trastornos de la conducta alimentaria. Esto puede deberse a predisposiciones biológicas, a la presión de sus pares o a la influencia que tienen los medios de comunicación y las redes sociales. Recientemente, han aparecido reportes sobre retos en Internet relacionados con desórdenes de alimentación. desórdenes de alimentación. Es importante que madres, padres y cuidadores comprendamos cuál es el impacto que estos trastornos pueden tener en nuestros hijos, que aprendamos a manejarlos y a evaluar de manera crítica la información contenida en dichos retos. A continuación compartimos algunas herramientas para hacerlo:
¿Cómo identificar las señales de alerta de un trastorno de la conducta alimentaria?
Nuestros hijos pasan la mayoría de su tiempo en la casa y en el colegio, familia y maestros debemos estar atentos a identificar cambios que puedan relacionarse con este tipo de trastornos. Algunos de estos cambios pueden ser: selectividad a la hora de escoger los alimentos, disminución de las porciones, aparición de rituales alrededor de ésta (ej. dividir la comida en el plato, comer un solo tipo de alimento, etc.), aislamiento social, cambios súbitos en el peso, cambios en la apariencia física, preocupación excesiva por la información nutricional de los alimentos, un mayor interés por realizar actividad física o un uso excesivo de palabras relacionadas con el peso y la comida como “calorías”, “dietas”, “alimentación sana”, “estar fit”, etc.
Para más información puede ver el video ¿Qué tanto sabe de la anorexia y la bulimia? y el documento «Factores de riesgos para los trastornos de la conducta alimentaria»
¿Cuáles son las señales emocionales y físicas de un trastorno de la conducta alimentaria?
1. Señales emocionales y conductuales:
- Miedo intenso por aumentar de peso
- Imagen corporal negativa o distorsionada
- Comer porciones muy pequeñas o evitar comer
- Acumular y esconder comida
- Desaparecer después de comer
2. Señales físicas:
- Fluctuaciones de peso
- Irregularidades menstruales
- Mareos o desmayos
- Problemas de sueño
- Sensación de frío todo el tiempo
Es indispensable que si identificamos algunos de estos comportamientos, acudamos a un especialista para obtener el adecuado diagnóstico y acompañamiento.
¿Cómo podemos ayudar a prevenir un desorden de alimentación?
- Enseñándoles, con nuestro ejemplo, a valorar y cuidar su cuerpo. Por ejemplo, no criticar nuestra apariencia, comer de manera saludable, realizar actividad física etc
- Recordándoles desde pequeños que son valiosos por sus cualidades, talentos y capacidades y no por cómo lucen.
- Evitando que las conversaciones familiares se centren en criticar la apariencia o los atributos físicos de alguien
- Alentándolos a adoptar hábitos de vida sanos, en lugar de hacer dieta.
- Haciendo de la comida un momento agradable
- Hablando con ellos sobre las imágenes que ven en la televisión, las revistas, las películas o las redes sociales
- Hablando con ellos sobre los cambios normales que ocurren en su cuerpo cuando crecen.
¿Qué puedo hacer si mi hijo recibe información sobre alguno de estos retos?
La manera más efectiva de proteger a nuestros hijos es estar informados de lo que hacen en línea, regular el contenido al que tienen acceso y brindarles información veraz. Ellos están expuestos a información que idealiza un tipo de belleza particular y que los expone a ciertos estilos de alimentación, rituales y dietas, rutinas de ejercicio excesivo o conductas alimenticias restrictivas. Al supervisar estos contenidos y contrarrestar la presión social que generan con información veraz y conversaciones en familia, podemos mostrarles los efectos nocivos que tienen estas prácticas para ellos.
¿Qué puedo hacer si tengo dudas o veo síntomas de estos desórdenes en mi hijo?
La mejor alternativa siempre será consultar con un experto pues Internet no siempre cuenta con información exacta, veraz o pertinente. Los médicos, psicólogos, psiquiatras o nutricionistas son las personas encargadas de revisar el caso para tener un diagnóstico adecuado que nos permita tomar acciones efectivas para ayudar a nuestros hijos. |