#PaPazConversando – Cinco recomendaciones para favorecer la construcción de la Alianza Familia-Colegio en la primera infancia

La primera infancia, aquella etapa de vida que va desde la gestación hasta aproximadamente los ocho años, es el momento clave para establecer las bases de lo que será el desarrollo físico, cognitivo, emocional y de lenguaje que nos acompañará por el resto de la vida. En este período niñas y niños viven, juegan, aprenden y disfrutan en diversos entornos de cuidado, atención y educativos en los que es fundamental que madres, padres y cuidadores familiares e institucionales los entendamos como sujetos de derechos y hagamos lo que está en nuestras manos para lograr su  efectivo cumplimiento. De hecho, el Código de la Infancia y la Adolescencia⁽¹⁾  en su Artículo 10 habla de la familia, la sociedad y el Estado como corresponsables de la atención, cuidado y protección de los menores de 18 años: los tres actores debemos actuar para garantizar que nuestras hijas e hijos puedan ejercer sus derechos. 

La Alianza Familia – Colegio es una herramienta útil para acercarnos a ello. En este sentido, no es solo es un ingrediente fundamental para potencializar todas las áreas del desarrollo, sino que también es una pieza importante en la atención, el cuidado y la protección de la primera infancia que debe mantenerse a lo largo de la vida escolar de nuestras hijas e hijos. 

Sin embargo, en la realidad existen retos que obstaculizan el establecimiento y el mantenimiento de este vínculo a lo largo del tiempo. Por eso queremos compartir cinco recomendaciones diseñadas para jardines, guarderías, centros de desarrollo infantil (CDI) o unidades de servicio (UDS) en general que pueden favorecer la construcción y el fortalecimiento de la alianza familia-colegio en la primera infancia: 
 

1. Caracterizar a las familias que integran la comunidad educativa. Es importante preguntar por su sistema de creencias, sus costumbres, el número de integrantes y parentesco, la dinámica familiar, edades, nivel de formación y ocupación de los integrantes. Conocer a las familias facilita la consolidación de grupos de madres y padres líderes.

2. Identificar las necesidades e intereses de las familias. Esta información nos es útil para incluirlas en el plan de formación y acompañamiento familiar por medio de las Escuelas para Padres.

3. Conocer las características de niñas y niños que asisten a la UDS, teniendo en cuenta sus edades, sus intereses y las necesidades de cada área del desarrollo, para diseñar estrategias pedagógicas específicas para cada etapa del crecimiento.

4. Tener en cuenta que la construcción de la Alianza Familia-Colegio es bidireccional: familia y funcionarios de la UDS la conformamos y mantenemos activa por igual. Es el trabajo en equipo de madres,  padres y/o cuidadores principales en compañía del talento humano del contexto educativo (docentes, psicólogo(a), rector, personal de servicios generales) orientado a objetivos específicos y basados en la participación activa y el buen trato. 

5. Identificar las características del territorio en donde se encuentra ubicada la UDS. Es importante considerar aspectos como el acceso a los servicios públicos y presencia de otras instituciones/lugares que conforman la red de apoyo de las familias como: centros de salud, parques, bibliotecas, ludotecas, iglesias, entre otros. Con esta información, se conocen los recursos disponibles por la comunidad educativa para diseñar actividades formativas en concordancia con las particularidades de cada institución.