3 ideas para que familias y escuelas trabajen de la mano en la prevención del consumo de sustancias psicoactivas
Una manera de fortalecer la relación entre la familia y el colegio es en la prevención del consumo de sustancias psicoactivas por menores de 18 años. A continuación, les presentamos algunas ideas que surgieron de nuestro conversatorio virtual sobre este tema:
1. Recordar lo básico:
De acuerdo a la normatividad vigente, toda bebida que tenga más de 2.5 grados de alcohol, es considerada alcohólica. No obstante, la legislación también advierte que incluso bebidas con menor contenido de alcohol tampoco tampoco deben ser promocionadas o vendidas a menores de 18 años. Es importante adoptar una postura en donde todos conozcan las razones por las cuales se debe proteger a niñas, niños y adolescentes del consumo de alcohol, la ley y manejen un lenguaje común. Debemos comprender que ninguna cantidad o tipo de bebida alcohólica es buena para la salud de un menor de edad, y esto merece un especial énfasis pues algunos creen que el consumo de bebidas artesanales (como chicha o guarapo) tiene efectos positivos en su desarrollo.
2. Definir cómo y cuándo:
Las acciones de prevención relacionadas con el cuidado de sí mismo y con la promoción de hábitos saludables, deben hacerse a lo largo de la vida. Aquellas que están dirigidas específicamente a la prevención de consumo de sustancias psicoactivas deben hacerse en momentos específicos y estar relacionadas con la edad y la etapa de desarrollo en que se encuentran las niñas, niños y adolescentes. Para determinar cuándo podemos iniciar este tipo de prevención es necesario hacernos preguntas tales como: ¿En qué etapa de desarrollo están? ¿Qué edad tienen los niños y niñas? ¿Cuáles son los problemas/riesgos que se presentan en la región relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas? ¿Con qué recursos contamos colegio y familia para hacer la tarea de prevención?
3. Hacer un plan para formar una alianza familia-colegio para prevenir el consumo de alcohol
Lo más importante para formar una alianza que nos ayude a prevenir el consumo de estas sustancias, es construir acuerdos; es ideal que todos los miembros de la comunidad educativa estén de acuerdo en su postura frente al tema, en las normas y pasos a seguir cuando se presenta un problema de consumo. Así mismo, se deben crear estrategias de monitoreo específico que les permitan, tanto a las familias como a las instituciones, conocer las dinámicas o lugares asociados al consumo de alcohol y definir acciones que faciliten la creación de entornos protectores.
|