¿Cómo ayudar a nuestros hijos a desarrollar competencias para la vida?
Al reconocer que todos somos diferentes y que hacemos parte de una sociedad diversa, tenemos una gran oportunidad para enseñarle a nuestros hijos la importancia de crecer en un entorno que incluya y valore a todos sus miembros. En nuestro rol de padres, madres y cuidadores podemos crear las oportunidades para que nuestros hijos desarrollen las competencias necesarias para convivir de manera pacífica, participar de manera responsable y resolver conflictos de una manera asertiva.
La evidencia nos muestra que padres y madres contribuimos a que nuestros hijos desarrollen estas competencias cuando:
• Les ayudamos a que adquieran conocimientos sobre los derechos humanos y los criterios que ellos aportan. Al adquirir estos conocimientos, nuestros hijos comprenden que pueden contribuir como ciudadanos a que se garanticen las libertades humanas fundamentales universales, que denominamos derechos. También, cuando les enseñamos que existen diferentes instancias de participación, y que ellos pueden acudir a éstas para defender sus derechos o los derechos de otras personas.
• Promovemos en ellos actitudes favorables hacia la garantía de los derechos humanos. Es decir, les ayudamos a entender que todas las personas tenemos los mismos derechos y que sin importar las características de cada individuo (raza, etnia, orientación sexual o discapacidad), estos derechos se deben cumplir.
• Les enseñamos habilidades para relacionarse con el otro de manera positiva. Esto es, saber escuchar activamente y comunicarse de manera asertiva, por ejemplo, a defender sus creencias y derechos de manera clara, firme y segura sin agredir al otro, aprender a ponerse en el lugar del otro, comprender su punto de vista y sentir lo que siente ese otro.
¿Por qué es importante el desarrollo de éstas competencias en nuestros hijos?
Al desarrollar estas habilidades, actitudes y conocimientos, los niños y niñas construyen principios que se fundamentan en los derechos humanos, y así, éstos se convierten en el horizonte para su actuar y reflexionar. Esto contribuye a que todos, niños, niñas, padres, madres y la escuela fomentemos una sociedad inclusiva libre de prejuicios, discriminación y maltrato frente a las diferencias.
Textos originales. Elvia Vargas Trujillo, Marta Carolina Ibarra, Ángela María Rojas – Grupo Familia y Sexualidad, Universidad de los Andes.
Adaptación. Lucero Muñoz, Lina María Saldarriaga – Contenidos e Investigación – Red PaPaz
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