Boletín Aprendiendo a Ser PaPaz – Sharenting: peligros del orgullo parental en redes sociales

En la actualidad, gracias a las redes sociales, madres, padres y cuidadores podemos compartir con nuestros amigos, familiares y conocidos los diferentes hechos de nuestro día a día o el cariño y el orgullo hacia nuestras hijas e hijos. En este último caso, queremos que nuestros conocidos sepan de sus momentos importantes, tiernos y divertidos. Sin embargo, a veces nos podemos exceder. Esta práctica se le conoce como Sharenting, un anglicismo compuesto de los términos share (compartir) y parenting (crianza o ser padres), y que alude a la excesiva publicación de información y contenidos de niñas, niños y adolescentes por parte de madres, padres y cuidadores.

¿Cuáles son los riesgos a los que se ven expuestas niñas, niños y adolescentes como consecuencia del Sharenting? La investigación adelantada por el Centro de Conocimiento del Centro de Internet Seguro-Viguías encontró los siguientes riesgos:

●  Vulneración del libre desarrollo de la personalidad: hoy en día, niñas y niños comienzan a elaborar su huella digital antes de poder hablar, por lo que no pueden controlar la imagen que se está creando de ellos. Debido a ello, pierden la oportunidad de ser creadores y constructores de su propia historia.

● Pérdida de la intimidad: madres, padres y cuidadores somos guardianes de la información de nuestras hijas e hijos. Si la compartimos, les negamos el derecho a la privacidad.

● Pérdida de datos personales: es probable que aumente el robo de identidad a medida que compartimos más información sobre niñas y niños, así como una mayor exposición a términos y condiciones injustas, riesgo de adicción a plataformas y juegos de video, entre otros.

●Material de explotación sexual: agresores y potenciales agresores de niñas, niños y adolescentes pueden usar y descontextualizar las fotos y videos compartidas por parte de madres, padres y cuidadores, convirtiéndolas en material de explotación sexual.

Ahora bien, madres, padres y cuidadores podemos compartir de manera segura el orgullo hacia nuestras hijas e hijos. Por tanto, frente a los anteriores riesgos se proponen las siguientes recomendaciones: