Aprender a considerar consecuencias: una de las claves para resolver pacíficamente los conflictos
Diariamente nos enfrentamos a situaciones conflictivas o retadoras en la casa. Estas son una excelente oportunidad para comprender cómo nuestras palabras y acciones afectan a las personas con las que convivimos. A continuación, les compartimos algunas herramientas para que practiquemos las habilidades necesarias para aprender a considerar las consecuencias de nuestros actos cuando estamos resolviendo problemas con nuestros hijos.
¿Cómo podemos aprender a considerar consecuencias y ayudar a nuestros hijos a desarrollar esa habilidad?
1. Haciéndonos preguntas: Cuando nos enfrentemos a situaciones problemáticas o conflictivas podemos preguntarnos y preguntarles a nuestros hijos si se les ocurren ideas u opciones para solucionarlas y cuáles podrían ser sus consecuencias. Para lograr esto, podemos usar algunas de estas preguntas:
- ¿Cómo me sentiré después si decido hacer o decir eso?
- ¿Cómo se sentirán las demás personas involucradas en esta situación?
- ¿Qué pasará con nuestra relación si yo tomo esta decisión (a corto y largo plazo)?
2 Identificando los errores como una oportunidad de aprendizaje: Para aprender a considerar las consecuencias de nuestros actos es necesario identificar nuestros errores y, más que intentar justificarlos o ignorarlos, entenderlos como una posibilidad de aprendizaje. Cuando les mostramos a nuestros hijos que todos podemos equivocarnos les enseñamos a asumir y reparar los errores. Para aprender más sobre este tema, los invitamos a leer el PaPaz Conversando 3 ideas para manejar los errores y el conflicto desde la disciplina positiva.
3. Estableciendo acuerdos: En ocasiones, desde nuestro rol de adultos, imponemos reglas en casa que no explicamos a nuestros hijos. Esto puede llevar a que ellos no las entiendan o no las asuman. Cuando construimos las reglas con ellos, les permitimos comprender qué está bien, qué está mal y cómo nuestras acciones tienen un efecto en las personas que nos rodean y en nuestras relaciones.
Para establecer reglas con nuestros hijos podemos reunirnos con todos los miembros de nuestra familia y seguir estos cuatro pasos:
– Identifiquemos cómo queremos que sean nuestras relaciones. Pensemos cómo nos queremos sentir en la casa y con cada uno de los miembros de nuestra familia y compartamos con ellos esas ideas.
– Acordar entre todos qué comportamientos específicos necesitamos poner en práctica para lograr esas relaciones y dinámicas (por ejemplo, comunicarnos asertivamente y sin agredirnos, encargarnos del aseo de una parte de la casa, cumplir determinadas horas de uso de la televisión).
– Identifiquemos por qué cumplir cada acuerdo es importante. Algunas preguntas para reflexionar sobre esto pueden ser:
- ¿Qué pasaría si todos incumplimos este acuerdo?
- ¿Cómo nos sentiríamos cada uno de nosotros si otra persona de la familia incumple este acuerdo?
- ¿Cómo nos sentiríamos si todos cumplimos los acuerdos?
- ¿Por qué este acuerdo es importante para que tengamos una buena relación en esta casa?
– Escribamos los acuerdos y pongámoslos en algún lugar visible para todos.
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