6 herramientas para hablar con nuestros hijos sobre sexualidad
Aunque hablar sobre sexualidad con nuestros hijos puede resultarnos retador, la evidencia científica ha mostrado que cuando conversamos con ellos de manera clara y sencilla sobre estos temas contribuimos a su sano desarrollo sexual. Específicamente, al tener este tipo de conversaciones nos convertimos en una fuente fiable de información, promovemos sus habilidades para tomar decisiones informadas y responsables, y los ayudamos a reducir comportamientos de riesgo. A continuación, compartimos con ustedes algunas ideas para crear estos espacios de dialogo con nuestros hijos:
1. Hagámosles saber que pueden confiar en nosotros:
Existe mucha información errónea en torno al tema de la sexualidad. Por eso, es importante que cuando hablemos con nuestros hijos sobre este tema, les hagamos saber que valoramos que se acerquen a nosotros, que siempre pueden hacerlo y que los vamos a ayudar a responder sus dudas.
2. Demos solo la información necesaria:
Cuando surjan preguntas del tema de sexualidad empecemos por indagar de forma clara y amable, qué quieren saber, por qué les interesa ese tema y cómo se enteraron de el. Además, es importante que, dependiendo de su edad, hagamos preguntas que nos permitan darnos cuenta si entendieron o no lo que les explicamos. Esto se logra a través de preguntas sencillas como: “¿Qué entendiste de lo que acabamos de hablar?” “¿Era esto lo que querías saber? O “Cuéntame qué entendiste para saber si te estoy explicando bien, si no, puedo buscar otra manera de contártelo”.
3. Evitemos juzgarlos, prohibirles o minimizar lo que están sintiendo:
Una estrategia que nos ayuda a hablar sobre sexualidad es que evitemos reírnos de las preocupaciones de nuestros hijos, o que les prohibamos hablar de un tema. Tratemos de responder sus preguntar de forma honesta, clara y respetuosa. En esas conversaciones no es recomendable usar expresiones como “Eres muy joven para eso”, “Eso no te incumbe”, “Si vuelves a decir eso…”, “Eso es solo para niñas/niños”. En su lugar, podemos decirles cosas como “Esa es una buena pregunta”, “Cuéntame ¿Qué sabes acerca de…?”, “¿Sabes qué significa esa palabra?”, “Me alegra mucho que estemos hablando sobre esto”, etc.
4. Compartamos nuestros valores y creencias:
Al hablar de sexualidad en familia es fundamental que reconozcamos cuáles son nuestros valores y creencias se las compartamos a nuestros hijos. Además, podemos explicarles que todos tenemos creencias diferentes, y que aunque no las compartamos, sí debemos respetarlas.
5. Ayudémonos a desarrollar su autoestima:
Promover una sana sexualidad nos invita a que ayudemos a nuestros hijos a conocer, amar y respetar su cuerpo, a adquirir prácticas de autocuidado, a reconocer sus límites y la forma de respetar a otros. Desde pequeños, recordémosles que su cuerpo les pertenece; que son valiosos no por la forma en la que se ven, sino por sus talentos y aptitudes; que nadie tiene derecho a tocarlos, maltratarlos, hacerlos sentir incómodos u obligarlos a hacer algo con lo que ellos no están cómodos, y que ellos tampoco deben irrespetar o maltratar a otros.
6. Fomentemos el pensamiento crítico:
Por último, es importante recordar que nuestros hijos están expuestos a una gran cantidad de información que puede mostrar ideas erróneas sobre la sexualidad. Cuando nuestros hijos se enfrenten a esta información podemos hacerles preguntas como “¿Qué piensas de esta situación?” “¿Por qué crees que muestran este tema de esa forma?” “¿Crees que se podría presentar diferente?”. Estas les pueden ayudar a cuestionarse, a desarrollar criterios para evaluar el contenido sobre sexualidad y a comprender que no siempre los estereotipos o situaciones que ven u oyen se ajustan a la realidad.
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